Septiembre en La Moraleja se caracteriza por la vuelta a la rutina en sus urbanizaciones residenciales y la reactivación de la vida escolar en colegios de prestigio. Sin embargo, también es la época en la que las avispas se convierten en una presencia incómoda y peligrosa.
Los amplios jardines privados, las piscinas y las zonas verdes de la urbanización son entornos ideales para que las colonias, que han crecido durante todo el verano, alcancen su máxima actividad. Los nidos suelen aparecer en aleros, setos o cobertizos, generando inquietud entre vecinos que buscan tranquilidad en su entorno.
La problemática no afecta solo a las viviendas. Los colegios y espacios deportivos de la zona también se ven expuestos: los patios de recreo y canchas al aire libre son lugares donde las avispas encuentran alimento y refugio, con el consiguiente riesgo de picaduras para niños y jóvenes.
El impacto en La Moraleja es doble: por un lado, la molestia y el riesgo sanitario para los residentes; por otro, la alteración de actividades escolares y sociales en septiembre, justo cuando la colonia de avispas alcanza su punto más numeroso.
En estas circunstancias, la desinfección de plagas en La Moraleja se convierte en la solución más eficaz y segura. Junto a ello, la prevención cotidiana —mantener papeleras cerradas, revisar estructuras en jardines y eliminar restos de comida en exteriores— ayuda a reducir la presencia de esta plaga en uno de los momentos más críticos del año.